La dirigencia y algunos simpatizantes de San Lorenzo de Las Perdices esperaban de una, sin contemplaciones, la eliminación de Alumni del Provincial, por el lado del fortinero aguardaban la finalización del partido en El Bosque con el resultado que se registraba hasta el momento (3-2) y la posibilidad de definir en la Plaza Ocampo sin ningún tipo de restricciones, aunque en los dos clubes intuían que alguna sanción económica podría existir por los desmanes ocurridos dentro y fuera de la cancha.
Pero el esperado fallo del Tribunal cayó para el lado de la “moneda”, mejor dicho del billete, que serán muchos e irán a parar a la tesorería que ahora curiosamente conduce el presidente de la Liga Villamariense de Fútbol, Diego Conrero, al menos hasta el 22 de abril, fecha fijada para la próxima asamblea.
Ya a esta altura no cobra importancia quien empezó primero, quien la siguió y cómo terminó. Ninguno quedó conforme. Y todos protestan, reclaman y se indignan.
San Lorenzo porque considera que por mucho menos el año pasado fue excluidos del Provincial y encima le metieron la mano en el bolsillo con una sanción de 260 entradas (208 mil pesos).
Por el lado de Alumni están igual o más disconformes que la gente de San Lorenzo, porque todo este desmadre, iniciado por sus hinchas en el robo de elementos en el banco de San Lorenzo, tendrá una pérdida que supera el medio millón de pesos. La entidad villamariense fue castigada con 400 entradas (320 mil pesos), tendrá que volver a viajar a Las Perdices el próximo domingo y además organizar y costear el encuentro del miércoles siguiente (árbitros, policías y pago a jugadores), sin público. Es decir sin ingresos en boleterías.
¿Quién paga todo esto, lo de San Lorenzo y lo de Alumni? Los esforzados dirigentes de ambos clubes, de sus bolsillos saldrá el dinero para esta multa.
¿Los que causaron el revuelo, los de las piedras, las gomeras, los destrozos, de uno y otro lado? Bien gracias. Seguro que concurrirán en el próximo partido, cuando el ingreso esté permitido sacando pecho y hasta orgullosos del daño cometido.
Los clubes tienen el derecho de admisión, pero los dirigentes tienen temores…y es lógico…Si hasta algunos policías corrieron el domingo pasado presos del miedo por tanto vandalismo.
¿Y los que sufrieron destrozos en sus autos, casas, colectivos, los particulares, muchos de ellos ni siquiera fueron a la cancha?
Ellos merecen un tribunal que los defienda, una justicia que los proteja.
La Federación envió a jugar. Quiere que los partidos se resuelvan en su cancha…ah y también determinó que los billetes vayan a sus escritorios.
Violentos que siguen riendo, dirigentes que continúan trabajando y la justicia que volvió a caer para el lado de “la moneda”.