Gracias al manosanta que cura todos sus males en tardes o noches cuando se manifiestan síntomas de una salud futbolística con síntomas de flaquezas, Alumni avanzó a una nueva fase (la tercera) del torneo Regional Federal Amateur tras imponerse por 5-4 en definición por penales, luego de perder 1-0 en los 90 minutos reglamentarios ante Lambert de Monte Maíz.
El encuentro en la Plaza Ocampo tuvo el arbitraje del cordobés Matías Brombín, muy cuestionado por los futbolistas, cuerpo técnico y simpatizantes de Lambert de Monte Maíz que le reclamaron, entre otros fallos, la ejecución del penal de Patricio Peñaloza, la sanción de un par de posiciones de posiciones adelantadas y el hecho de no haber expulsado a Alejo Vaca por dos faltas muy fuertes. En el caso del penal lanzado por Peñaloza aducen que el defensor – volante de Alumni cuando resbaló impactó la pelota con los dos pies, lo que hubiese invalidado la anotación del gol.
Brombín fue muy permisivo, el partido se le fue de las manos y no logró encausarlo. Por como se maltrataron y se agredieron era un partido para cinco o seis tarjetas rojas y sólo la recibió Cabral después de los 90’ y antes de la ejecución de los penales.
Alumni jugó el peor partido de la temporada. Sin juego (Valentín Giraudo estuvo entre los suplentes e ingresó en el segundo tiempo), inconexo, con problemas defensivos, sin presencia en el medio y totalmente previsible en ataque.
Lambert, de buen primer tiempo, en el segundo se quedó sin energías, despilfarró esfuerzos, basó casi todo su accionar en reclamos al árbitro, que se equivocó en un par de situaciones puntuales. La visita tenía a su merced a un Alumni totalmente desdibujado, lo dejó vivo para los penales y Jonathan Scalzo con sus manos salvadoras se encargó de reavivarlo, casi de resucitarlo, para devolverlo salvo (sano habrá que ver todavía) al duro camino del Regional Federal.
Alumni pasó de ronda y festejó como se merece hacerlo con una clasificación mediante. Lambert se fue eliminado y creyendo que la eliminación fue pura y exclusivamente del árbitro. En, por momentos, conformarse con el empate y pensar en los penales estuvo un gran error en medio de tantos aciertos anteriores.
Allí Alumni tiene un especialista: el manosanta Scalzo. Sólo atiende los domingos.