Buenos Aires e Hipólito Yrigoyen, una de las esquinas más céntricas de Villa María. Por allí pasó la historia, la vida, el progreso, el desarrollo.
Aduriz, Casa Tía, ahora City Shop son algunos de los que recuerdo, pero seguramente fueron varios más.
Y pareciera que esa misma historia, ahora en presente te clavara puñaladas en fechas tan significativas como un 1 de Mayo, el Día del Trabajador.
Esta mañana, rumbo a una caminata en el Paseo de la Vida en el Subnivel, me encontré con un grupo de muchachos trabajando un 1 de Mayo.
Cuando los ví en acción y ante la sospecha de lo que estaba ocurriendo me acerqué para comprobar in situ (como dicen los abogados) lo que mis ojos estaban observando.
Estaban desmantelando el Kiosco de diarios y revistas que durante años fue una postal de ese lugar.
Perteneció al Negro Córdoba durante muchísimo tiempo y en los últimos años a Mario Zemo.
Justo un 1 de Mayo. Para algunos sólo será un kiosco. Para muchos generacionales fue trabajo de muchos canillitas y parada obligada para ver la Tapa de El Gráfico cuando los martes llegaba a la Villa.
Quedan algunos kioscos todavía como el de “Calderita” en la Corrientes o el de Villa en la Entre Ríos frente al Banco de Córdoba que se resisten a los embates de esta complejidad que abruma porque pareciera que la gente cada vez lee menos, comprende menos, escucha menos…y claro…después elige mal. Justo un Día del Trabajador se llevaron ese kiosco…
“Que te preocupás vos si escribís de Deportes”, me dijo alguien que pretendía explicarme algo sobre el partido de anoche en el Kempes, «si son sólo unas chapas viejas”. Y a la primera bovada por el estilo le dije que estaba apurado y me estaban esperando…
Tenía miedo que me dijera algo así como que el fútbol es un deporte que se juega con los pies y el ajedrez un juego que se juega con las manos…
El kiosco ya no está…la pucha, ¡que día de m….miércoles!