Y pasó la Asamblea General de la Liga Villamariense de Fútbol.
Y hay nuevo presidente: Lucas Martinetti.
Y hay un gran derrotado: el presidente saliente, Diego Conrero.
Y un actor inesperado que recién se metió en la previa: Claudio Martínez.
Y un visitante invisible llamado POLITICA que siempre se da una vuelta cuando huele poder, porque el poder, además de ejercerlo, se huele, se percibe, se olfatea. A veces huele a perfume importado, otras veces a cloacas, pero siempre es poder.
Tres candidatos a la presidencia podrían constituir un ejemplo de DEMOCRACIA, pero esto lejos está de serlo y de tener esa lectura.
Hubo tres candidatos justamente porque lo que faltó fue DEMOCRACIA, diálogo, acercamientos y sinceramientos que condujeran a una unidad o a una opción de dos candidatos. Tres resultó una barbaridad, a tal punto que en la historia de la Liga, desde 1914 hasta la fecha nunca ocurrió algo semejante.
La Asamblea puede tener diferentes análisis, lecturas, apreciaciones y todas con sólidos fundamentos o argumentos para encontrarles puntos de un correcto razonamiento.
Esta editorial lejos está en su intención de representar una VERDAD ABSOLUTA, sólo es una opinión que seguramente encontrará adhesiones y cuestionamientos quizás hasta en la misma proporción.
¿Por qué ganó Lucas Martinetti?
Porque trabajó para ser presidente durante casi tres años, sin contar los días previos a aquella primera intención en la que compitió con Diego Conrero en la Asamblea realizada en el patio de Alem de Villa Nueva en plena etapa de COVID (19 de febrero de 2021)
En la quincena previa a la Asamblea que lo llevó a la presidencia intensificó los contactos. Fue, vino, se reunió, llamó por teléfono, volvió a llamar. Convenció con sus ganas y por si hiciera falta, las visitas fueron reforzadas con diálogos casi cotidianos con los presidentes de los clubes afiliados.
El diálogo con la prensa y sus apariciones públicas fueron las justas y necesarias. Evitó las polémicas y su mensaje fue siempre pensando en construir.
Escuchó a los que lo aconsejaron y supo combinar TACTICA Y ESTRATEGIA orientadas hacia el objetivo.
Cuando su percepción le indicó que estaba arriba en las preferencias, evitó el contacto periodístico, cualquier tipo de declaración que pudiera ser conspirativa.
La propuesta de UNIDAD desde el oficialismo dos días antes de la Asamblea lo encontró MUY FIRME en la negativa, leyendo claramente una intencionalidad de manejarle una gestión solicitándole nada menos que la vicepresidencia, la secretaría, la tesorería, el Colegio de Arbitros y la representación en la Federación Cordobesa de Fútbol. La firmeza en su respuesta con un CONTUNDENTE NO ofuscó a su interlocutor, aún molesto por estas horas, y también al oficialismo, pero TUVO UNA RECEPCIÓN MUY FAVORABLE en el resto de la dirigencia, que entendió rápidamente que LUCAS MARTINETTI a esa altura del camino previo a la ASAMBLEA ya era EL GRAN FAVORITO Y EL “ELEGIDO”.
El estallido del Grupo Unión en los días previos y la renuncia de OSCAR GATTARIO a la prosecretaría de la Liga también representó un efecto devastador para el oficialismo, sacudido por el impacto, pero aún creyendo en las promesas dirigenciales de los supuestos seguidores que ya no estaban.
¿Si la política tuvo influencia en esta elección? Es muy posible que sí, siempre la tiene. Hay política en cada acción, en un Centro de Jubilados, en los propios clubes, en una elección de Colegio de Abogados, en las universidades o en las escuelas (¿o no es así?.
¿Que hubo actores que movieron influencias? ¿Cómo afirmarlo, cómo negarlo? Las llamadas existieron, desde aquí, desde Villa Nueva, desde esferas provinciales. No tengo pruebas y si me llevan a Tribunales apelaré a la Gran Sabina, la frase del cantautor español: LO NIEGO TODO.
Claudio Martínez: un segundo lugar que lo devuelve a la escena.
Se fue mal y tras tres años de ausencia le alcanzaron dos semanas para posicionarse y superar al oficialismo que lo castigó con dureza a lo largo de toda la gestión.
Lo llevaron a la Justicia y no le comprobaron nada; le realizaron una auditoria y salió ileso…
Le organizaron una votación para que no pudiera volver a la Liga como delegado de Alem, perdió por unanimidad y el sábado en la lectura de la Memoria, que debió remitirse a lo actuado sólo en el último año de ejercicio, fue atacado en público de una manera grosera. Una acción tan innecesaria como fuera de lugar.
Sumó siete votos y tres que contaba como seguros se le fugaron por esas sugerencias o consejos externos que a veces suelen ser convincentes. Sostiene que LA POLITICA fue DECISIVA en la Asamblea, que dos asambleístas fueron reemplazados de manera inesperada en las 12 horas previas y que le faltaron dos semanas más para que el resultado de las urnas hubiese sido EPICO.
De estar fuera de todo, la candidatura y haberle ganado al oficialismo que tanto lo combatió lo trajo de nuevo a la escena dirigencial. Lo suyo lejos está de ser leído como una derrota.
Triste final para el oficialismo
Una interminable sucesión de errores lo llevó a una derrota que se percibía desde hacía ya un buen tiempo por los desaciertos y por la cantidad de votos que debía sumar para retener la presidencia (17 de 25).
Se equivocó en casi todo. Primer gran error, creer en el SI DIEGUISMO….Los que le dijeron que sí al oído hasta el último momento lo negaron en las urnas, sólo sumó cuatro votos, además del lógico que representa el club de su pueblo.
También equivocó a quienes consideraba sus enemigos. A Martínez lo maltrató durante 1.162 días (tres años, 2 meses y 7 días desde aquella noche del sábado 20 de febrero de 2021 hasta el sábado del último fin de semana) y se dio el gusto de interrumpir intempestivamente una entrevista periodística cortando el teléfono ante una pregunta que lo incomodó.
Favoreció con papel en forma de billetes (de los clubes, por supuesto) a algunos sectores con los que se sintió a gusto para seguir criticando a todos los que no pensaban como él.
Tanto pensó en cerrarle el camino y la puerta a MARTINEZ que se olvidó de MARTINETTI, que encontró otra, totalmente abierta para adueñarse del poder.
El oficialismo se dedicó a combatir a MARTINEZ, cuando lo que tenía que hacer era observar con preocupación el silencioso crecimiento de MARTINETTI.
Sobre el final, solamente quería recordarle aquella frase utilizada por Ud señor presidente en un reportaje en el diario PUNTAL…
“Hay dos periodistas que me quieren echar de la Liga….y yo me voy a ir cuando los clubes lo deseen”.
Bueno…llegó la hora. No eran los periodistas SEÑOR PRESIDENTE los que lo querían afuera…eran los clubes, pero hasta en eso también se equivocó.